El desarrollo de la contienda
Tras el incidente, los británicos se vieron obligados a replegarse hacia Boston, donde contaban con los cerca de 4.000 "casacas rojas" enviados para apaciguar los ánimos en la región. Los sublevados, por su parte, habían reclutado ya un ejército popular entre los partidarios de la independencia y, en Mayo, los británicos fueron sitiados en Boston por un grupo de milicianos que superaba ya las 10.000 personas. Los británicos pidieron refuerzos y en su ayuda fueron enviados unos 6.000 soldados. Massachusetts se encontraba bajo la ley marcial.
Al mismo tiempo, se había reunido en Filadelfia el llamado Segundo Congreso Continental, compuesto por representantes de las Trece Colonias y que hacía las veces de gobierno provisional nacional. Entre sus acciones se incluye el nombramiento como comandante de George Washington, quien en julio se dirigió hacia Boston para organizar el ejército y dotarlo de uniformes y armamento. El Asedio de Boston continuó hasta marzo de 1776, cuando los británicos se vieron obligados a retirarse al mar en sus cerca de 120 buques, tras tomar conciencia del alcance real del conflicto y aceptar que se encontraban sumidos en una auténtica guerra.
El 4 de julio de 1776, el Congreso Continental firmó la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, redactada por Thomas Jefferson sobre la base de la Declaración de Derechos de Virginia, firmada apenas un mes antes. Entre los 56 congresistas presentes se encontraban también George Washington, John Adams y Benjamin Franklin.
El Congreso fue asimismo responsable de la creación en 1777 de la primera bandera de Estados Unidos, compuesta de 13 franjas y 13 estrellas en representación de las Trece Colonias.
Tras abandonar Boston, los buques británicos, por su parte, se habían dirigido hacia Nueva York, donde se les habían unido nuevas tropas enviadas desde Inglaterra al mando del comandante William Howe. Las fuerzas británicas contaban ya unos 30.000 hombres.
El conflicto se fue desarrollando en forma de guerra de guerrillas hasta octubre de 1777, momento en el que las tropas británicas se vieron obligadas a rendirse tras la Batalla de Saratoga, en el estado de Nueva York. El hecho sirvió para levantar el ánimo de los colonos, que se encontraron de este modo en posición de lanzar una ofensiva contra el ejército británico, así como para despertar el interés en la contienda de las otras grandes potencias de la época: Francia y España.
Ambas potencias se encontraban enfrentadas a Inglaterra, por lo que vieron en el conflicto una oportunidad para resarcirse. En febrero de 1778 Francia entró formalmente en la guerra y España comenzó a colaborar con los colonos enviando dinero y armamento. Un año más tarde España declaró la guerra a Inglaterra.
Con la participación de estas potencias, Inglaterra se vio obligada a desviar tropas hacia Europa, donde sus territorios se encontraban amenazados. Ante el avance contra Inglaterra, Holanda se decidió asimismo a tomar parte en la contienda, con la esperanza de poder sacar provecho en relación a sus posiciones de ultramar.
El final de la contienda
Los colonos fueron avanzando hasta que las tropas inglesas quedaron reducidas a Virginia donde, en 1781, un ejército compuesto por unos 16.000 hombres franceses y estadounidenses dirigido por George Washington asedió en Yorktown a unos 8.000 soldados británicos, que se vieron obligados a rendirse. Tras este hecho, Gran Bretaña no tuvo más remedio que pedir la paz.
El 3 de septiembre de 1783 se firmó el Tratado de París, que puso fin a la contienda. El tratado, entre otras cosas, reconocía la independencia de las Trece Colonias, que pasarían a llamarse los Estados Unidos de América y ocuparían los territorios comprendidos entre Florida y Canadá, llegando por el este hasta el río Misisipi.
Alcance
Aparte de las ganancias territoriales obtenidas por las potencias que intervinieron en el conflicto y de suponer el comienzo de la pérdida de la hegemonía británica, la Guerra de Independencia de los Estados Unidos, así como los hechos que la precedieron, se han considerado la primera de las Revoluciones Liberales Burguesas, puesto que las bases legales del Estado Nacional estadounidense, que habían comenzado a fraguarse con la Declaración de Derechos de Virginia y posteriormente con la Declaración de Independencia, se asentaban sobre los principios de la Ilustración.
Dichas bases fueron desarrollándose durante el conflicto, y sobre todo tras su finalización, hasta culminar en 1786 con la firma de la Constitución de los Estados Unidos, que ha permanecido como ley suprema del país hasta la actualidad.
Domingo 20 de julio del año 2014, a las 1:40 P.M
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